viernes, 10 de octubre de 2014

¿COMO AYUDA LA BIOTECNOLOGÍA A LOS DISCAPACITADOS?

 


  Las primeras experiencias en este campo respecto de la salud son las vacunas, cuyo impulsor fue el médico inglés Edward Jenner (1749-1823), descubridor de la vacuna antivariólica a comienzos del siglo XIX, paso inicial. En la actualidad, son varias las ramas de actividad que utilizan esta tecnología de la vida, sobre todo en lo que respecta a nutrición y saludara terminar con la viruela, epidémica por entonces, erradicada hacia 1980. Los humanos, a diferencia de otros menos complejos que sintetizan en su interior los nutrientes a partir de sustancias simples, requieren el consumo de sustancias ya elaboradas, por lo cual se alimentan de vegetales y animales que ya las traen sintetizadas (proteínas, lípidos, glúcidos y ácidos nucleicos). Si bien abundantes durante la mayor parte de la historia humana, el doble efecto de la expansión demográfica junto con una mayor longevidad y los efectos degradantes del medio ambiente producto de la industrialización llevaron a una encrucijada aun hoy sin resolver: ¿cómo aumentar la producción de alimentos sin continuar dañando a la naturaleza? Es decir, ¿cómo alimentar a un número creciente de personas sin arrasar con la biodiversidad natural? Como alternativa a la deforestación y a la extinción de animales y plantas, la Biotecnología aparece como una solución plausibleUno de los casos emblemáticos a este respecto es el del denominado “arroz dorado”. Esta variedad incluye beta-caroteno, que favorece la producción de vitamina A, la que, entre otras funciones (formación y crecimiento de las células epiteliales, ayuda a formar tejidos nerviosos, interviene en el crecimiento y manutención de los huesos, etc.), juega un papel importante en preservar la visión y prevenir algunos de sus problemas, puesto que genera los pigmentos imprescindibles para el funcionamiento de la retina. Su carencia es una de las principales causas de ceguera.
Otro tanto puede observarse en la inclusión de carotenoides en otras frutas y hortalizas que no los poseen (intervienen en la coloración), que, además de preservar la visión, también ayudan a la prevención contra el cáncer, los problemas cardíacos y, al ser antioxidantes, protegen a los organismos de los radicales libres y, por lo tanto, del envejecimiento prematuro. Usualmente, son los responsables de los colores amarillo, rojo y anaranjado en el reino vegetal y de muchos en el animal (salmón rosado, por ejemplo).

La terapia con células madre es otra de las técnicas, tal vez la más resonante en los últimos tiempos. Ella se basa en que existen células indiferenciadas en el ser humano (esto es, que no tienen una función específica, como, por ejemplo, las epiteliales, las neuronas, etc.), capaces de adaptarse a la función que el organismo requiera.
Para ello, las investigaciones se orientan a hacerlas crecer en el laboratorio y guiarlas hacia aquellas del tipo deseado, para luego insertarlas en el organismo con el fin de sustituir a las que presentan patología. Al menos en teoría, ello supone que son una fuente renovable de células y tejidos que permitiría tratar muchísimas enfermedades de todo tipo. Si bien las prácticas asociadas a la Biotecnología ganan cada vez más terreno en la consideración científica, al mismo tiempo generan cierto recelo.
Uno de los aspectos más criticados es el de los cultivos transgénicos. Además de los problemas denunciados de los pesticidas asociados a ellos (que atentan contra la biodiversidad al destruir plantas autóctonas y animales donde se implementan y el riesgo de envenenamiento directo en su aspiración por seres humanos, la contaminación de las aguas, las deforestaciones, etc.), existe incertidumbre sobre las posibles modificaciones genéticas que su incorporación a los organismos (incluidas las personas) puede conllevar en el largo plazo. Esos genes extraños podrían producir (de hecho, lo hacen en cultivos más o menos cercanos) combinaciones indeseadas, que tendrían la capacidad no querida de ser fuente de mutaciones genéticas a futuro, no solo en vegetales, sino también en animales. La ingesta de esos productos alterados directamente o la de ganado alimentado con ellos, se argumenta, es factible que produzca alteraciones relativamente menores (alergias, por ejemplo) o mayores (enfermedades, discapacidad y hasta muerte).

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